jueves, 17 de agosto de 2017

Reflexión de viernes



Esta semana cuando finalicé un curso en una empresa, mientras nos despedíamos, se acercó un participante para decirme lo siguiente: “Te confieso que pensé que nos aconsejarías qué prendas deberíamos tener en el armario. Me sorprendiste al hablar del “ropaje interior”.”

Es cierto que algunas personas sólo se quedan con la primera impresión visual de un ocasional interlocutor. A veces no hay tiempo para indagar o analizar la gran cantidad de información personal que la vestimenta y complementos nos ofrecen. Sin embargo teniendo en cuenta el afuera y prestando la debida atención a los elementos comunicacionales, podremos tener un primera impresión más acabada y completa de la persona con la que interactuamos.

Pero esto no es mágico, supone un trabajo personal –y valiente- de pararnos frente al espejo y mirar en el fondo de nuestra alma para descubrir fortalezas y debilidades, para reconvertir a estas últimas y sumarlas a la lista de las que nos hacen fuertes.

¿Hace mucho tiempo que no te miras al espejo?



 









Esp. Edith Pardo San Martín 
Consultora en Imagen Personal, 
Profesional y Corporativa






martes, 6 de junio de 2017

Pequeñas charlas de Protocolo, Ceremonial y modales


Hoy entrego unas notas que componen mi nuevo libro. Deseo que lleguen a los lectores como en una conversación imaginaria. Esta obra se une a otros trabajos míos y, en especial, a “Protocolo, Ceremonial y normas del saber estar”, editada por Amazon en 2016.

Me parece que somos muchos los que intentamos hablar de esas disciplinas que fueron y son estudio constante a lo largo de los años. Admito que siento verdadero dolor cuando se desdeñan las normas más elementales en el diario convivir. Por eso, no me cansaré de luchar y de enseñar. El patrimonio riquísimo que recibí de mis maestros estará siempre en mis notas y artículos.

He recurrido al idioma inglés para titular este libro. Son pequeñas conversaciones imaginarias o cosas dichas al pasar. Tienen importancia en nuestra vida cotidiana y también cuando nos vestimos de etiqueta. En algunas he utilizado términos uruguayos porque aunque soy argentino, también poseo la nacionalidad uruguaya que me viene de lejos por vía materna.

Pequeñas conversaciones y encuentros muy cordiales se dan ahora en el espacio. En algunas, las normas y usos de comportamiento traerán recuerdos. Quizás nos llevarán a pensar que las palabras de cortesía suenan bien y no obligan. Acudo al Comendador de “Fuente Ovejuna” de Lope de Vega para no olvidar sus palabras: “Es llave la cortesía/para abrir la voluntad; y la enemistad/la necia descortesía”.

Dicen los italianos que “dietro le nuovole c’ é il sole.” Hay un aire de familia en estas pequeñas conversaciones para disfrutarlas. El gusto por el bien decir y el actuar no ha pasado de moda ni pasará. Aparecerá también aquí el Protocolo con su magia. Le debo respeto a esa disciplina y con orgullo lo cuido.

En estas pequeñas conversaciones encontrarán las enseñanzas de mis maestros. No los olvido y vienen siempre a mi memoria con sus figuras bonacibles. Cómo podría olvidar entonces aquellas clases en la Universidad de Oviedo en las tardes de invierno. Todo se quedó para siempre en mí. Las conservo como un tesoro en mi cuarto de “derrota”. 


Roberto Sebastián Cava

(*)Disponible en Amazon.com

lunes, 8 de mayo de 2017

Monarquía, saludos y títulos



Se conocen varios intentos para establecer una monarquía en los territorios del antiguo virreinato del Río de la Plata, después del hecho patrio de 1810. Sin embargo, todo aquello ha quedado en la historia. Lo cierto es que aquí, a muchos kilómetros de Europa, son otros los temas de la diaria conversación que nos ocupan. Nos alegramos con algunas noticias sobre la monarquía. Ese sentimiento nace, en algunos casos, por afinidad. Así es el caso de la reina Máxima de los Países Bajos, aunque se mantiene una considerable distancia con algunas inquietudes que tocan a varios millones de personas.

No hace mucho tiempo, en una clase, me preguntaron el motivo por el cual continuaban existiendo las monarquías. Más aún, quien hablaba agregó que ellas le parecerían una verdadera discriminación y veía restos de esclavitud y de feudalismo. Como un profesor no puede extrañarse por nada, al igual que una madre o un padre de familia, rescaté la sinceridad de quien preguntaba. Le respondí que las monarquías constitucionales no son creaciones de la misma monarquía y están sustentadas en normas jurídicas con el asentimiento de los habitantes de los Estados. Recordé también que, en nuestro país, hubo tratativas para establecer una monarquía en la cabeza de la Infanta Carlota, hermana del rey Fernando VII.


La conversación continuó y se añadieron más alumnos a la misma. Uno de ellos alegó que las monarquías crean lujos y que ostentan títulos. Recurrí a los regímenes presidenciales constitucionales y observé los importantes gastos que originan, puesto que sus representantes deben mantener un nivel alto en el ámbito nacional e internacional. En fin, no discutimos. Intercambiamos ideamos y rescatamos siempre a las personas.

Por otra parte, es difícil que los muy jóvenes comprendan, a primera vista, ciertas formas de tratar a las personas. En concreto a quienes pertenecen a la realeza. Eso del saludo no se reduce al beso que parece haber conquistado todos los ámbitos de nuestra sociedad. Es lógico que en los Estados donde existe, se vivan formas externas de respeto y cortesía hacia las   personas de la realeza. Por eso, ya Don Quijote aleccionaba a su fiel escudero animándolo a vivir las costumbres del lugar donde estuviere.

Esto de los saludos lleva también a pensar en la actual globalización. Después de la ceremonia del comienzo del pontificado del papa Francisco, él recibió a las delegaciones extranjeras. Allí se pudo comprobar cómo el protocolo vaticano contó con un amplio abanico de saludos por parte de personas de los cuatro puntos cardinales de la Tierra.


De “Divagaciones”, Roberto Sebastián Cava, Edic. Céfiro 2008