He pasado una temporada en un campo y
allí con la quietud, he tenido ocasión
de volver a las fuentes en el sentido amplio de la expresión. Así, en una tarde
estuvimos reunidos en un grupo de buenos amigos y mantuvimos una conversación
muy amena y distendida.
Me detendré ahora a recordar las
inquietudes de quienes participaron en un rato de “tertulia” porque no
encuentro otra palabra más apropiada que la de nuestro idioma. Recordaré
algunas de las preguntas que escuché y
las compartiré con ustedes, buenos amigos de CAMBIO. Debo admitir que todos
conocían mi dedicación al Protocolo, al Ceremonial y a las normas del saber
estar.
En nuestra conversación hubo algunos
temas un poco difíciles de responder brevemente. Lo sé bien aunque admito no
encontrar tampoco explicación a por qué separado se escribe todo junto y todo
junto se escribe separado. No son enojosos caprichos.
Uno de los contertulios me preguntó
si se debe aguardar en un almuerzo hasta que todos se hayan servido un plato
para comenzar a comer. Deseaba saber si existía alguna norma. Era evidente que
era algo vinculado al saber estar y, en concreto, a una costumbre social.
Existen respuestas muy diversas. Una cosa es una mesa con muchos comensales.
Otra es la familiar y otra es aquella donde el sentido común hará que todos se
comporten con cortesía. Por eso, aunque la costumbre indique una prudente
espera, serán los anfitriones quienes señalen el ritmo en el comer. Más todavía.
Hay una razón más valedera. Se espera hasta que todos se hayan servido. Así, el
último que lo haya hecho no tendrá que apurarse para alcanzar a los demás.
Los comensales comparten momentos
familiares, sociales o empresariales alrededor de una mesa. Nunca mejor ocasión
para disfrutarlos. De todas maneras, el respeto estará presente especialmente
hacia quienes tienen la misión de atendernos. Durante una comida no podemos
permitirnos la libertad de hablar sobre nuestro último viaje a Europa mientras dejamos los cubiertos en posición de descanso.
Los demás existen y hasta los mismos dueños de casa aunque se esfuercen, no
conseguirán que el almuerzo o la cena conserven con sus pasos.
Pero continuemos porque escuché otros
aportes. Alguien apuntó que la espera para empezar a comer se debe a extrañas
costumbres centenarias. Alguien hizo mención a cierto aspecto lúdico y sugirió
que cada comensal hiciera lo que se le ocurra.
Surgió otra pregunta. Fue acerca del
beso al anillo de Papa. Alguno sin pensarlo mucho expresó que era un acto de
vasallaje o de sumisión.
Lo cierto es que el beso al anillo
del Papa viene de muy lejos. Significa la unión de un fiel católico con el Santo
Padre. Hace muy pocos días pudimos
apreciar por la televisión cómo un actor
cinematográfico lo saludó así al llegar y al despedirse. Con palabras sencillas es decirle: “Yo creo
que tú eres Pedro y por eso beso tu anillo”. Las normas vaticanas aceptan todos los saludos imaginables especialmente
cuando se trata de personas no católicas. Bueno es recordar que la genuflexión al
saludar se hace con la rodilla izquierda. La derecha sólo para Dios. Entonces
lo del vasallaje no cuenta.
Por otra parte, Juan XXIII, un Papa
contemporáneo nuestro, dio un decreto acerca del beso a las alianzas de bodas.
Allí se anima a los esposos a venerar piadosamente esos símbolos. ¿Alguien
sintió sorpresa al observar a un
futbolista europeo que, en medio de un partido, llevó a sus labios el anillo
matrimonial? Es que las alianzas poseen
una profunda significación.
Otro buen amigo preguntó acerca del
empleo de los guantes por parte de las damas. Hay en este tema moda y, a veces
un poco de vanidad. Una señora puede extender su mano enguantada para saludar
pero, con sentido común se lo quitará al sentarse a la mesa respaldada por el
simpático dicho de “gato con guante no caza ratones”.
Hablamos además acerca del
significado de una “fiesta de gala”. Una persona puede vestirse de gala aunque
opiné que una dama o un caballero van vestidos de etiqueta a una función de
gala. Por otra parte leemos noticias sobre una “gala de canciones” o una “gala
gimnástica” o una “gala gastronómica”. Gala es una celebración fuera de lo común de
acuerdo al significado que el idioma inglés posee el sustantivo “gala”.
Roberto Cava De Feo
Especialista en Protocolo y Ceremonial