lunes, 8 de mayo de 2017

Monarquía, saludos y títulos



Se conocen varios intentos para establecer una monarquía en los territorios del antiguo virreinato del Río de la Plata, después del hecho patrio de 1810. Sin embargo, todo aquello ha quedado en la historia. Lo cierto es que aquí, a muchos kilómetros de Europa, son otros los temas de la diaria conversación que nos ocupan. Nos alegramos con algunas noticias sobre la monarquía. Ese sentimiento nace, en algunos casos, por afinidad. Así es el caso de la reina Máxima de los Países Bajos, aunque se mantiene una considerable distancia con algunas inquietudes que tocan a varios millones de personas.

No hace mucho tiempo, en una clase, me preguntaron el motivo por el cual continuaban existiendo las monarquías. Más aún, quien hablaba agregó que ellas le parecerían una verdadera discriminación y veía restos de esclavitud y de feudalismo. Como un profesor no puede extrañarse por nada, al igual que una madre o un padre de familia, rescaté la sinceridad de quien preguntaba. Le respondí que las monarquías constitucionales no son creaciones de la misma monarquía y están sustentadas en normas jurídicas con el asentimiento de los habitantes de los Estados. Recordé también que, en nuestro país, hubo tratativas para establecer una monarquía en la cabeza de la Infanta Carlota, hermana del rey Fernando VII.


La conversación continuó y se añadieron más alumnos a la misma. Uno de ellos alegó que las monarquías crean lujos y que ostentan títulos. Recurrí a los regímenes presidenciales constitucionales y observé los importantes gastos que originan, puesto que sus representantes deben mantener un nivel alto en el ámbito nacional e internacional. En fin, no discutimos. Intercambiamos ideamos y rescatamos siempre a las personas.

Por otra parte, es difícil que los muy jóvenes comprendan, a primera vista, ciertas formas de tratar a las personas. En concreto a quienes pertenecen a la realeza. Eso del saludo no se reduce al beso que parece haber conquistado todos los ámbitos de nuestra sociedad. Es lógico que en los Estados donde existe, se vivan formas externas de respeto y cortesía hacia las   personas de la realeza. Por eso, ya Don Quijote aleccionaba a su fiel escudero animándolo a vivir las costumbres del lugar donde estuviere.

Esto de los saludos lleva también a pensar en la actual globalización. Después de la ceremonia del comienzo del pontificado del papa Francisco, él recibió a las delegaciones extranjeras. Allí se pudo comprobar cómo el protocolo vaticano contó con un amplio abanico de saludos por parte de personas de los cuatro puntos cardinales de la Tierra.


De “Divagaciones”, Roberto Sebastián Cava, Edic. Céfiro 2008
 

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